No esperes las siluetas que no podré enfrentar,
como tampoco deseo que comprendas que este día ha finalizado.
Ni tendré la razón para poder enumerar los ecos y las sombras que he amado.
Sí, con presunción de aviso y con motivos descompuestos.
En súbita embriaguez y distorsión momentánea.
Por qué no quiero ser tu héroe,
compréndelo por favor,
¡No quiero ser tu heróe!,
y abrazar el amor gentil de cuentos alados,
y las nociones de parejas que defienden a ultranza la carne y el hueso.
Por que no sirvo para ello,
no sirvo para la imaginación.
Por que soy una ilusión, un reflejo en neblina
con mágicos sonidos y desgarradoras tenacidades...
Ella se desplaza entre arcoiris futuros y melodías acogedoras, con lágrimas enrrarecidas y estrepitosas descripciones...
Ella asimila el juego de la vida, y carcome con gusto aquello que hemos tirado...
Ella refleja mi sin sentido, la pureza de la vida (y las más reiteradas frases de las poesías amorosas, detallistas, ilucionistas... Desastrozas)...
Con las manos, en voz,
en luna eterna y etéreos días de invierno.
Con luz tenue, y horribles noches acaloradas.
Sin pilares,
sin piedad...
Con miles de preguntas y excasas respuestas.
Sepultado en la historia,
con miradas de reojo.
(a veces hemos de creer que cada minuto de agonía no es más que un eufemismo que trasciende las construcciones inmortales del pasado, con tierra y cielo, con lo bueno y lo malo... Ausencia de toda necesidad de verdad o utopía, devorando la desdicha y rechazando cualquier indicio de paz. No deseo ser un paso desierto, pero tampoco uno dentro de tantos otros... Sólo, déjame en tranquilidad, en vida y con ella misma en el retorno de lo sagrado, en la necesidad de las pequeñeces y las minúsculas piedras en el camino)
Silencio.
Retrocediendo. Expandiendo, con o sin mensajes...
En la construcción de la mente (en los escasos gritos que han de ser escuchados... Como elementos de lucha?, como simples síntomas?... Puede ser, la conexión con los pasillos del servicio de psiquiatría esta a la vuelta de la esquina)
¿Haz observado detenidamente como juegan las manos en las desveladas nocturnas?
Sencillamente aferradas...
Las mías ya no,
ya no desatan más alegorias...
Solo hipocresía...
Ella se desvanece en conjunción con los astros,
de nuevo para el día,
desde las entrañas de la soledad.
Ella conserva todo su esplendor,
entre fantasías y reflejos dorados de antaño...
Realmente lo siento,
no podré ser tu héroe
y nunca lograría serlo...
(en afección y autocomplaciencia... Mentira, es resignación y humillación)