miércoles, 23 de julio de 2008

Sí, presunción (con las manos, en voz)


No esperes las siluetas que no podré enfrentar,
como tampoco deseo que comprendas que este día ha finalizado.
Ni tendré la razón para poder enumerar los ecos y las sombras que he amado.
Sí, con presunción de aviso y con motivos descompuestos.
En súbita embriaguez y distorsión momentánea.
Por qué no quiero ser tu héroe,
compréndelo por favor,
¡No quiero ser tu heróe!,
y abrazar el amor gentil de cuentos alados,
y las nociones de parejas que defienden a ultranza la carne y el hueso.
Por que no sirvo para ello,
no sirvo para la imaginación.
Por que soy una ilusión, un reflejo en neblina
con mágicos sonidos y desgarradoras tenacidades...
Ella se desplaza entre arcoiris futuros y melodías acogedoras, con lágrimas enrrarecidas y estrepitosas descripciones...
Ella asimila el juego de la vida, y carcome con gusto aquello que hemos tirado...
Ella refleja mi sin sentido, la pureza de la vida (y las más reiteradas frases de las poesías amorosas, detallistas, ilucionistas... Desastrozas)...
Con las manos, en voz,
en luna eterna y etéreos días de invierno.
Con luz tenue, y horribles noches acaloradas.
Sin pilares,
sin piedad...
Con miles de preguntas y excasas respuestas.
Sepultado en la historia,
con miradas de reojo.
(a veces hemos de creer que cada minuto de agonía no es más que un eufemismo que trasciende las construcciones inmortales del pasado, con tierra y cielo, con lo bueno y lo malo... Ausencia de toda necesidad de verdad o utopía, devorando la desdicha y rechazando cualquier indicio de paz. No deseo ser un paso desierto, pero tampoco uno dentro de tantos otros... Sólo, déjame en tranquilidad, en vida y con ella misma en el retorno de lo sagrado, en la necesidad de las pequeñeces y las minúsculas piedras en el camino)
Silencio.
Retrocediendo. Expandiendo, con o sin mensajes...
En la construcción de la mente (en los escasos gritos que han de ser escuchados... Como elementos de lucha?, como simples síntomas?... Puede ser, la conexión con los pasillos del servicio de psiquiatría esta a la vuelta de la esquina)
¿Haz observado detenidamente como juegan las manos en las desveladas nocturnas?
Sencillamente aferradas...
Las mías ya no,
ya no desatan más alegorias...
Solo hipocresía...
Ella se desvanece en conjunción con los astros,
de nuevo para el día,
desde las entrañas de la soledad.
Ella conserva todo su esplendor,
entre fantasías y reflejos dorados de antaño...
Realmente lo siento,
no podré ser tu héroe
y nunca lograría serlo...
(en afección y autocomplaciencia... Mentira, es resignación y humillación)

jueves, 10 de julio de 2008

Fabulas Ociosas


Uno...
Un viejo parado sobre un murmullo que detona una cadena de sucesos interminables para las voces añejas de la razón (como las melodías de aquellas noches que embriagan la ceguera).
Dos...
Y si no creyese que estas en frente de mi, no podría imaginar que sientes al tocar el alba, y digerir el miedo profundo que humedece tus labios (y que no busca mis brazos).
Haz iluminado todo el espacio que he dejado con huellas, con señales que imploran un crecimiento veloz de dagas y fantasías... Como niños y niñas que miran el cielo buscando un refugio.
Tres...
Una flor, una sonrisa... Un adios quebrando las fotografías que recuperan las sensaciones de colores marinos (te acuerdas cuando chocaban las olas en el faro del mediodía?)... Si, ya te escuché, dejo de jugar con la luz y de creerme un dios pagano emocional... Ok, no insistas, ya te he escuchado demasiado (una nota de hambre solamente).
Cuatro...
Ahora un desfile marcando los pasos que he de seguir hasta encontrar los caminos del atardecer. Y me acompaña el incierto, aunque hubiese preferido tocar el acordeón y deslumbrar a las sombras con pequeños silbidos del alma (sé, que soy muy malo para esto)... Enserio, solo un momento de relajación.
Cinco...
Miseria, agonía, teogonía. He aquí el semblante del odio y la ira imponiendo su verdad en todos los parajes conocidos. Y no deseo estar frente a los que poseen la historia... Por que el corazón es devorado sin piedad, en frágiles canciones melancólicas y cigarrillos que vuelven al pasado. (son las infinitas veces que te he maltratado, cortado los brazos y penetrando el cuerpo como desquiciado. No más, por hoy, no más por favor).
Seis...
Respira profundo. Una imagen que invoca la paz. Una voz que indica el fin del ocaso. Estrangulación... Uf!, noto aquello que tratas de imaginar (adios con los oscurantismos fastidiosos del mañana).
Siete...
Podría haber tirado todo por el precipicio. Podría dejar que el tiempo circule en mis venas y decir que aquí he terminado. Pero también podría rendirme una y otra vez, recogiendo las sobras y gastando mis manos en escrituras sin connotaciones. Y daría todo lo que fuese para determinar los laberintos de la muerte que duplican su efecto celestial... Pero no, demasiado tarde de explicar o querer hacer algo por ello (solo bastaría una sola verdad, un solo silencio que indique para que seguir en pie, para evitar la desazón).
Ocho...
Siempre es así. Mamá, mamá!, por que haz de perseguirme entre la hierba y los árboles?. Sé que no me he portado bien, pero tampoco es necesario que rodees mi cuello y aprietes mis manos... Mamá, mamá?, por que no tenemos nada para comer, por que he de mirar tu rosto y chocar con la tristeza, con la humillación esculpida en la carne... Mamá, mamá?, tengo frío, tengo frío... TENGO FRíO. Mamá, mamá, solo abrazame y se me olvidará todo.
Nueve...
Diez mil choques por estado de ebriedad. Mil quinientos niños abandonados por sus padres en los lugares más insólitos del mundo. Mil apuñaladas por minuto que perforan los sueños de alguien. Un par de multimillonarios que compraron su pasaje para la estratósfera. La mitad del MUNDO se muere de HAMBRE. (sí, las cosas funcionan así?).
Diez...
Un viejo recoge su sombrero. Eleva sus rodillas caídas en la desesperación. Un viejo inspira una bocanada de aliento amargo (con olor). Un viejo se detiene en la nada. Abrocha el abrigo, observa...
Camina, camina...
en los albores de la eternidad, en los albores de la eternidad...