viernes, 18 de enero de 2008

Hasta el Infinito...


Es verdad. Mi razón de ser no se relaciona directamente con nadie. Ningún tipo de superstición.
Mis preocupaciones no solo ruedan al rededor de seres enfermos, tristes o abandonados...
Es mi respiración y mi cosmovisión de la mujer payaso que se retuerce entre las lágrimas que alguna vez la hicieron caer...
Es mi suplicio de mañana que no tiene sentido, que no se parece a nada...
De sencillos escritos y palabras olvidadas. De congelación distinguida para la cursilería y el saludo actual. Son frases deshechas, desvergonzadas...
Tampoco importa el grado de desazón que convierte una hermosa playa en el lugar más entrañable del mundo, de respiración callada, de gente sombría...
De recuerdos pasados, de historias que renombran los modos normativos de imponer y decir que es poesía...
Palabras sin efectos...Palabras de efectos cortos, simples...
Es verdad. Mi suspiro de perfección no es más alto ni grande que cualquiera, es mi infinita tortura de respuestas olvidadas, de preguntas inciertas...
Es el tiempo detenido, es la falta de aquello que nos mantiene unidos...
Y sé que con el correr de los años, el sombrío amanecer de invierno golpeará con más fuerzas cada intento de belleza, de emoción incrustada en lo profundo de la juventud.
Es verdad. Mis recorridos y viajes no sirven de nada.
Es verdad. Mi tiempo se acaba.
Es verdad. No deseo recoger los cadáveres enclavados en el mañana.
Ese es mi tiempo, esa es mi lucha.

sábado, 12 de enero de 2008

Camino al cielo

Sin palabras, sin pensamientos, sin vida...
Un aliento de auxilio...
Un final esperado,
Un cielo oxidado...
Mi corazón ha explotado,
mi voz se oculta...
Mi abrazo de esperanza,
mis años desparramados en la nada...
Sí, quizás un relámpago de ilusión,
una poesía mal escrita,
una cabeza sin cuerpo...
Un vacío iluminado,
un coloquio sombrío.
Sin palabras, sin promesas...
Sencillo y ensimismado, sencillo y muy ensimismado ...
No cantaré al mar, ni al cielo...
No cantaré a las sirenas
Ni pensaré en un futuro utópico.
Enfrascado en una historia sin límite,
entre fantasmas y miedos que me rodean,
que acompañan...
Sin lágrimas, sin caminos por donde seguir.

viernes, 4 de enero de 2008

Frío...


Hay veces que las penumbras dejan de hablar,
veces, que solo el soplido del viento revota en las manos partidas, ensoñadas...
Sé que los días de verano no siempre son cálidos, ni siquiera tiernos.
Hay veces que te encuentras parado simplemente para gritar que existes, sin ser escuchado jamás.
He cubierto mi rostro de mentiras y lágrimas,
de tiempos olvidados y árboles caídos, de muchos árboles caídos.
De maldita razón de temblorosa voz, de cuerpos desnudos, de miedos desafiantes...
No quiero ser el último que critique a dios,
que lo escupa, que lo humille...
Deseo olvidar a Godot...
Ese frío oculto entre el corazón y la garganta que intenta sobrepasar todo pensamiento divino, ausente, distante...
Y mis palabras se azotan contra el mundo, desangrándose hasta el fin;
al comienzo del mañana.
Olvidándo al espíritu, olvidándo a las malditas frases prefabricadas que constituyen los más decorosos saludos de seres humanos...
Una mierda de poesía,
una mierda de ciudad,
una mierda de persona...
Hay veces que el frío lo cubre todo, que la protección de amuletos de suerte quedan destruidos,
desintegrados...
Mi corazón helado nuevamente aferrándose a un paraíso sin razón ni existencia,
mi frío que asegura la eternidad de un sufrimiento universal,
un diluvio propio, privado...
Creo que Godot se parece al frío de las últimas esperanzas que nos mantienen vivos...