sábado, 24 de noviembre de 2007

Más allá que tú


Más allá que tú. ¿Pero cómo?, ¿no entiendo?... Haz extinto todo rastro de mañana; ¿ahora lo comprendes?. No aún no. ¿Acaso te refieres a esto?. Estas completamente loco, desquisiado. Espera un momento, detente. Todo tipo de reflexión comienza en una metáfora inherte, no sólo desde el pensamiento. Pero, ¿qué sentido tiene hablar de estas reflexiones?. ¿Me pones a prueba?. De eso se trata. Sabes ahora, sí creo que estas completamente loco. Obvio, desde la fragmentación de la vida, desde que dios es dios, yo estaba en el universo. Soy más grande y alto que dios, más eterno que el tiempo y la misma eternidad. Soy todo y nada, nadie me supera, soy divino y ritual. ¿Te estas escuchando?. Menos mal que te encuentras amarrado, realmente eres un peligro social. No, estas equivocado en dicho aspecto. Eres cursi y normal. Eres uno más de aquellos que respiran mierda. Eres uno más de aquellos que transpiran, se retuercen y torturan con sus pensamientos. Yo estoy más allá del bien y el mal, soy omniprescente, iluminado. Yo soy, ¡la máxima creación de la razón y el poder!. Soy el destino, la destrucción. Tú, no eres nada. Eres un loco desorbitado. Encerrado en un manicomio.¡Cállate!, no ves que espantas a los otros. Comprende, te estoy dando una última oportunidad para la salvación, para que encuentres la luz. Te ofrezco la vida eterna, el fin al miedo, el camino a la metáfora inherte que duerme profundo en el vacio. No lo olvides, que estoy más allá que todos, por que soy el poder y la razón, la justicia y el tiempo, yo soy la eternidad espúrea, que supera a los tiempos humanos y los transforma. Silencio, que los demás se encuentran dormidos, enumerados, designados...

sábado, 10 de noviembre de 2007

Sentencia



Dejadme caer en los claveles traicioneros del anochecer,
dejadme caer en los pozos infinitos del ayer.
¡Dejadme caer!, en la oscuridad profunda del ayer...
Las estrellas sembraron su sentencia divina,
las manos gritaron con desesperación el abandono de una luna infame,,,
¡Todo cae en el precipicio del mañana!
¡Todo flota en las mentes de humanos imperfectos!
¡Todo gira, en la salvación de un dios impávido!...
Las rondas de carnes putrefactas se jactaron del olvido amanecido...
¿Cuántas lágrimas me advirtieron de la palabra falseada?.
Dejadme caer entre los soles ocultos de las blasfemias destrozadas,
dejadme caer entre el odio de la tierra.
¡Dejadme caer!, para sentir el dolor de un niño rechazado por las masas desgraciadas, torpes...
¡Qué hicieron por el todo desecho!.
¡Lloraron acaso por el desamparo de la soledad!.
¡Díganme!.
¿Lloraron por primera vez de verdad?.
Los ojos descendieron con el rocío de los bosques frondosos,
los rayos del sol sonrieron de forma exacta...
Cuántos tiempos atrasados,
tratando de arrancarlos por las primaveras desteñidas,
cuántos hombres destrozados por el intento de lo justo...
Dejadme caer con las aguas del infinito atardecer,
dejadme caer en las últimas lágrimas de la razón,
dejadme caer entre los abriles deseados de las almas sentenciadas...

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Resignado



Cuando el río pasó entre mis piernas.
Y el cielo cayó en la tierra.
Cuando supe que mi sueño,
no era mío solamente.
Creo que tiré una pluma
al aire.
Y cuando la pluma llegue
al cielo.
La Tierra habrá desaparecido.
Y mi sueño será único.
Cuando el cielo se retire.
Mi pluma no volverá de nuevo.

lunes, 5 de noviembre de 2007

X


Sí, yo lo maté. ¿Acaso no escuchó?. Yo lo maté. Deseaba ver su cara desesperada, suplicando por su vida. Sí, ese era mi deseo y ahora, no importa nada. ¿Desea que relate como sucedió todo?. Para qué, no vale la pena. Era una persona insignificante, no merecía vivir. Quizás, yo tampoco. Bueno si insiste, contaré. Todo comenzó cuando su maldita sonrisa se acercó a mi cara y dijo: “¿quiere cooperar con la fundación?”; ayúdenos, salvamos toda clase de enfermos (que por cierto no lo son) peligrosos para la sociedad. Respondí que no, pero insistió nuevamente. “No le costará nada, es solamente el uno por cierto de sus ganancias más los impuestos. Uno nunca sabe cuando le toca” ¿o no?. Volví a repetir que no me interesaba ayudar, así que dije que se fuera. Quiero un café, por favor, si no es alguna molestia; hace días que no prueba alguno y lo reconozco, soy adicto a la cafeína. Bueno, disculpe por la interrupción. Sí, sí, seguiré contando. Insistió por última vez (por que sería la última en que abriría los ojos). Ayude, por favor, necesitamos de su cooperación para los enfermos; y colocó su mano en la puerta. Para mí, eso era intolerable, era mi casa y espacio. Saqué un “bate” que tenía cerca de la puerta y lo golpee en la nuca. Si opuso resistencia. No. Aclaro de inmediato que cayó completamente inconsciente. Por favor, no me haga más preguntas que interrumpe. ¿O ya no desea escuchar lo sucedido?. Lo arrastré al living, en la alfombra. Recuerdo que medité por un momento que haría con él. Lo primero que se me vino a la mente, fue a cuantas personas habría molestado anteriormente. Cuantas veces interrumpió conversaciones importantes o mayor aún, molestar mientras uno ve una película (única instancia de relajación durante el día). Se me vinieron más ideas a la cabeza, y se me ocurrió algo. Disculpe, pero ¿mi café?. Ah, no lo había visto. Está delicioso. Gracias. Sí, continuaré, no se preocupe. Bueno, para redondear, pensé muchas cosas y actúe rápidamente. Primero, lo amarré bien a una silla, sus manos, pies, cuello y tronco. Despertó y comenzó a suplicar. ¿Ha visto esa cara de terror?, es excitante, emocionante. Gritaba y gritaba. Hice que callara. Comencé a explicar todo el daño que había hecho mucho antes. Recuerdo haber tomado el cuchillo más afilado que tenía. Me aproximé a él, coloqué la punta en su garganta. Hubiera estado presente para ver su cara pálida, temblorosa y sus pantalones mojados. Gritaba y Gritaba, temblaba y rogaba por su vida. ¿Qué fascinante o no?. Murió. Eso fue todo, nada más. Ahora, ¿me puedo ir?. Ir a la cárcel, ¿porqué?. Si solo hice un bien a la sociedad, molestaba mucho. Es injusto. Narre la historia y así me pagan. No entienden nada. ¡Nada!. Suéltenme. ¡Dígales que me suelten!. ¡No hice nada malo!. ¡Nada!. ¡Nada!. ¿Por lo menos déjeme llevar el café?. Muchas gracias.