Bastaría con una simple llamada telefónica para limitarnos con el sol;
o un plausible toque de regocijo que envenenaba nuestros corazones.
O tal vez, una serpiente corriendo tras el fruto prohíbido...
En realidad no lo sé,
ni por que escribo estas palabras...
Bastaría con tocarte nuevamente y sentir tu aroma en mi nariz,
encurvar nuestros cuerpos y decir que todavía queda algo más.
Pero no, no sería cierto, ni honesto pensar de esa forma.
Mi sequedad al pensar esto, no significa una necesidad de transcendencia...
Es el fin del ocaso,
y no creeré en tus pensamientos,
o en los comentarios especiales que infieren nuestra separación...
Sí, una pausa indeterminada, sin coloración celestial...
Y por eso me encuentro "liviano",
obsoleto,
esfumado,
desaparecido...
Y no encuentro las palabras exactas que impliquen una disculpa o un vacio impecable,
como tampoco sabré el por que de las cosas...
Y caen las hojas, y el cielo se detiene... Y el tiempo vuelve a mi para robarme los segundos de vida que van quedando...
Y los tropiezos que han dejado llagas en mi,
y las facultades humanas que ya no mueven o deslizan mis comienzos del mañana.
Todo se repite,
se esconde bajo una burbuja...
Y no es posible ocultar el atardecer que se mezcla con mi dolor...
Sí, si tan solo una vez más... Pero no, ya no puedo abrazar los arcoiris artificiales que irradiaban nuestras energías,
o un calor incólume que abrigaba mi piel...
Un minuto de silencio... Desesperación... Cambio de hábito...
Y no deseo que esto acabe hasta aquí... Pero no puedo escapar de los gritos infalibles que desgarran mi alma, que aprietan el corazón...
Ya no!, y basta de lujurias y sentimientos mundanos!,
basta de melancolías y desesperaciones otoñales!,
me he cansado!...
Sí, creo que por esta vez me he rendido
y no lo olvidaré, y nunca lo olvidaré...
Y cuando camine entre el sol y la luna,
y conozca las distintas gamas de frío y calor...
Cuando camine hacia el horizonte,
sé que muy dentro de mi, ya no habrá más tiempo o esperanzas...
Más tiempo o esperanzas...